En 1879 se inventó la bombilla incandescente por Thomas Alva Edison pero en septiembre de 2012 esta tecnología se dejó de fabricar y fue sustituida por la iluminación Led. El motivo es bien sencillo: las incandescentes eran muy ineficientes al aprovechar sólo el 10% de la energía para iluminar mientras que el 90% restante era transformado en calor. Por su parte, ocurre lo contrario con las Led, ya que utilizan el 90% para iluminar y sólo el 10% se pierde en calor.
Otro indicativo era la vida útil. Mientras que en las primeras era tan sólo de 1.000 horas, las luces Led duran alrededor de 80.000 horas, esto quiere decir que si las utilizamos de forma continua duran una media de 11 años o de 22 si las funcionan al 50%.
El ahorro que supone el uso de la tecnología Led se puede apreciar por tres vías diferentes: en el consumo eléctrico medio en W/h, que consigue ahorrar hasta un 80%; en la adquisición de lámparas, ya que hay mucha menos sustitución; y, en relación con esto último, en el coste de mantenimiento que es inferior.
Además hay más cualidades que convierten a las luces Led en la mejor opción. Y es que están fabricadas con componentes reciclables y no contienen materiales tóxicos; ofrecen una luz mejor, con un deterioro de luz imperceptible; y no hay zumbido o parpadeo.
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