Con la llegada de la primavera adelantamos nuestros relojes una hora más en España para aprovechar más la luz diurna. Esta acción se empezó a generalizar en 1974, después de la primera crisis del petróleo, ya que si se adelantaban los relojes se aprovecharía más la luz solar y así se consumiría menos electricidad en iluminación. No todos los países realizan este hábito, sólo la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y algunos países Latinoamericanos.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), con este gesto ahorramos un 5% del consumo eléctrico. Este porcentaje puede parecer pequeño pero equivale a unos 300 millones de euros, de los cuales 90 millones corresponden al potencial de los hogares españoles (el consumo medio de una familia española es de 3.200 kWh., lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar). Los 210 millones restantes se ahorra en los edificios del sector terciario y la industria.
Independientemente del cambio de hora, el IDEA recuerda que todos debemos hacer uso inteligente de la iluminación y seguir determinadas pautas para colaborar con el medio ambiente y poder ahorrar hasta 100 euros al año.